domingo, 1 de noviembre de 2009

El otoño

Hoy salí a correr; lo suelo hacer tres veces por semana. Era temprano, apenas había gente por el paseo. La mañana, aunque la temperatura ha descendido con relación a anteriores días, continuaba siendo estupenda. Y es que este año no se olvidará por cómo se ha alargado el verano. El clima inusual de este mes de octubre ha hecho que en Burgos vayamos a tener un mes menos de invierno.

Pero a la naturaleza es difícil engañarla y el arbolado mostraba toda su espléndida belleza. La falta de viento de estos últimos días ha ocasionado que las hojas se hayan mantenido, más de lo habitual, atadas a las ramas y el color verdoso ha ido dando paso a los dorados con los que se visten estos días los castaños, los chopos, los sauces…Una maravilla visual ante mis ojos ha hecho que el cansancio habitual, que ya me causa el correr, no lo haya notado tanto. Y es que cada vez debe de estar más lejos Fuentes Blancas, lugar hasta el que me lleva mi carrera y desde el que vuelvo a mi casa en búsqueda de una merecida ducha. Digo que cada vez debe de estar más lejos porque día a día noto que tardo más en regresar; otra explicación no le veo.

Hace días, hablando de vacaciones, comentaba que procuro todos los días tener un rato para mi sólo. Corriendo por el campo encuentro ese asueto, lo que me deja tiempo para pensar. Alguno de estos pensamientos me llevan hasta el teclado de este ordenador y al sobre qué escribiré a la tarde o a la noche. Pues bien hoy me ha dado por reflexionar sobre ciertas personas que en el otoño de sus vidas han ido saliendo, estos últimos meses, en los medios de comunicación como presuntos inocentes de delitos la mayoría de ellos relacionados con la construcción. Me refiero a algunos políticos a los que se les imputa: cohecho, sobornos, robos manifiestos... A mí no me parece que sean presuntos inocentes, sino, todo lo contrario, presuntos culpables. Sabido es que acaban condenados. En la televisión se les ve esposados pero bien vestidos, con corbata, el pelo normalmente engominado, y claro se da por hecho que son gente con apariencia poco delictiva, sin el menor asomo de ser capaces de hacer daño. Y hay personas, se les ha escuchado en radio y televisión, así como leído en la prensa, que creen que no deben ser expuestos de esa manera antes de ser condenados en firme. Yo no creo que sean expuestos, sino que la información está ahí y los medios de comunicación cumplen con su función que no es otra que la de informar.

No sé si la democracia española está todavía dando sus primeros pasos, los de primavera, hemos alcanzado el verano o nos encontramos ya sumidos en un período político que por el tiempo transcurrido se conecta ya más cercano al otoño, pero lo cierto es que no debemos confundir a estos chorizos con la mayoría de los servidores públicos que pienso que son honrados, que trabajan para que las cosas vayan mejor en su aldea, en su pueblo o en su ciudad. No entendería que todos estuvieran dispuestos a meter mano en el cajón, porque en ese caso todos, digo todos, estaríamos tentados en hacer lo mismo.




2 comentarios:

  1. Qué curioso, Hoy casi coincidimos en el tema de los post. Y creo que no debemos ser los únicos en la blogosfera.

    Buen post, pero a mi me preocpa mucho que en Burgos y en Avila, a estas alturas del año no haga una rasca de narices.
    Un abrazo

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  2. Fernando, hoy ha empezado esa rasca. Celebro coincidir, aún no he leído lo último tuyo. Un abrazo

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