sábado, 24 de octubre de 2009

¿Cuándo duermen los libros?

En el barrio de Boca, en la ciudad bonaerense de la capital Argentina, los libros no duermen. Por extraño que parezca, las librerías, en ese lugar, permanecen abiertas las veinticuatro horas del día, esperando que los habitantes de la ciudad se pasen por sus estantes para elegir aquel libro que les está llamando, sin duda, a cualquier hora. Sólo hay que acercarse y comprobarlo. Por eso los libros, en ese lugar, permanecen alerta esperando que unas manos los acaricien. Da igual que esas manos lleven tras de sí a la mujer más hermosa de la ciudad o al ciudadano más descuidado en el vestir. Ellos están allí para cumplir la función para la que fueron creados. Sin duda, pues algo de humano tienen, preferirán a aquella criatura celestial que huele a jazmines y exhala sabor a frutas rojas, que va a acariciarlos con sus manos de seda, y que a veces en una especie de arrebato místico se llevará el libro hasta sus senos. Las hojas de aquel libro temblarán de placer mientras aguardan el suspiro de aquella doncella que le ha elegido a él y sólo a él, entre los cientos de libros, para darle aquel momento de ternura. Sólo más tarde se asombrará de los transparentes ojos grises de aquella criatura que con su mirada soplará en la página cincuenta y una su halo fresco. Atravesará hasta el infinito sus pupilas y tardará días, quizás meses, en olvidarse de ellos, si es que alguna vez lo consigue. Cuando la mujer lo abandone, no lo hará del todo, pues el olor de su atezada piel se habrá quedado impregnado en él. Aquella noche descansará en el lugar que le corresponde en el estante pero tampoco podrá dormir con su recuerdo.

¿Y la mujer? La mujer se habrá empapado con aquella historia de amor que buscaba. Habrá sentido placer con la lectura de aquel libro que cayó en sus manos “por casualidad”. Habrá vivido nuevas sensaciones y hasta es posible que se haya enamorado de aquel libro sin que este lo sepa.


5 comentarios:

  1. Enhorabuena. Que preciosidad y cuanta sensibilidad. Me has emocionado, papi.
    Beso.

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  2. Los libros no duermen nunca porque una vez leídos se integran en nuestra vida. Es lo que tienen las palabras, que cobran vida en la nuestra.
    Un saludo.

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  3. Tienes toda la razón, Josep. Nunca lo había pensado así. Un abrazo

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  4. Hola rafa:

    Mi anterior comentario se borró, no se por qué. A lo que iba. Cada día mejor, Que historia tan bella. No dejes de escribir Rafa.
    Un abrazo

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  5. Gracias, Fernando, por tu continuo apoyo.
    Un abrazo

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