viernes, 4 de noviembre de 2011

Pequeños Relatos Eróticos: ( 2) La señorita Justine

¿Qué fue esta mujer? ¿Burguesa antes que coqueta, aristócrata antes que mundana, un espíritu libre antes que superior?

Fue hermosa, constatan todos los que envidiaban a su esposo, que eran muchos. Los hombres estaban de acuerdo en este punto: hermosa y seductora.

Justine casó a los quince años; su marido tenía cuarenta y ocho y se había curtido en mil batallas, o al menos eso era lo que él creía. Le faltaba ganar la última y definitiva.

De ella, cada vez más bella y enigmática – y siempre vestida de blanco que junto a la blancura de su piel le daban una sensación marmórea, escultural- decían cuantos le conocían, en especial las mujeres, que abusaba del permiso concedido a las mujeres que eran tan hermosas.

Su rostro, la lozana tersura de su cutis, su cuello esbelto y delgado, su punzante sonrisa enmarcada en la sensualidad de sus labios, su mirada segura y penetrante, hicieron que poetas de su época perdieran la cabeza y su pluma no fuera capaz de deslizar sobre el papel más calificativos que los que corrían de boca en boca.

Fue una reina por su belleza; despreciada por rivales a las que eclipsó en cada salón de baile, en cada estancia privada, en cada cama… Tenía también permiso para ello: su juventud lo demandaba. Por su casa pasaron todos sus devotos: escritores, políticos y militares que temblaron ante ella más que ante el enemigo o acervadas críticas. Ella se educó escuchándolos…seduciéndolos.

Justine tenía la costumbre de levantarse a las cuatro de la tarde, se bañaba y la vestían; y si hubo alguien tan imprudente y osado que se atrevió a importunarla en su casa antes de las cinco, el mayordomo le recriminaba de esta manera echándole sin miramientos: “En la habitación de la señorita no ha amanecido aún”.

4 comentarios:

  1. No duda que tales mujeres existieron y existen el realidad pero seguro que dónde existen es en la imaginación de algunos caballeros, especialmente poetas y soñadores.
    A la luz del dia y rodeada de prole y problemas seguro que son mucho menos hermosas:)
    Que mala soy ¿eh?
    Tu pluma como siempre genial.
    Un abrazo y feliz domingo

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  2. Hola Katy: je,je, me has hecho reír. No creo que seas ni seáis malas, simplemente lo llamaría: "Armas de mujer", je,je, Un abrazo

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  3. Buen relato Rafa. Creo, como Katy, que quedan muchas mujeres así.

    Cómo las tira Katy eh¡¡¡. aunque la replica ha sido magnífica.
    Un abrazo

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  4. Hola Fernando: me alegro que te haya gustado. Las chicas, independientemente de la edad, son así, Fernando. Pero ya sabes sin ellas no podríamos vivir (empezando por la madre de uno, claro). Un abrazo

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