Esperaban los acordes y se iban acercando lentamente al compás de la música. Cuando empezaba a sonar su estrofa preferida ya estaban juntos; cara con cara. Cantaban a dúo: “Todo el mundo sabe que los dados están marcados / todo el mundo los tira con los dedos cruzados / todo el mundo sabe que la guerra ha terminado / todo el mundo sabe que el combate estaba amañado.”
La melodía se podía escuchar en aquel recinto que acogía a cincuenta mil personas enfervorizadas. Eran el conjunto de moda en aquel y otros muchos veranos que le seguirían. El público aguantaba las dos horas de concierto de pié, bailando, agitándose al compás de la música. Tan sólo descansaba en esa canción, para escuchar con mayor claridad aquella balada.
Cuando sonaban los acordes y el tema llegaba a la estrofa central de aquella bella canción, el cantante se hacía levemente a un lado del micrófono para permitir el dúo. Entonces se unían los rostros, aquellas dos caras, y los labios de ambos se acercaban, rozándose, sintiendo la respiración y el aliento del otro, a veces hasta un ligero roce unía aquellos labios que se movían al ritmo de la letra.
Ambos aguardaban cada concierto con ansiedad. Posiblemente no lo percibieran pero algo se desataba en su interior cuando sonaba aquella melodía. Esperaban sin duda los labios de su pareja musical. Jamás fuera de la canción se insinuaron, pero en aquellos ocho segundos de cada concierto, sus ojos se miraban, mientras los labios se aproximaban teniendo únicamente como testigo al micrófono. El cantante de la banda y su primer guitarrista fueron amantes todos aquellos breves segundos sin que nadie lo supiera nunca; quizás ni ellos mismos.
Química? erotismo? en defnitiva, momentos de entrega mutua. Muy bueno Rafa, pero que muy bueno.
ResponderEliminarUn abrazo
Hola Fernando: creo que has acertado con lo de la mutua entrega; sería bueno si lo hiciéramos con todo. Me alegro te guste. Un abrazo
ResponderEliminarHummm, interesante forma de ver este mundo hoy tan natural y acepatado con el de antes. Lo prohibido es más intenso y más deseado siempre.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho el final
"El cantante de la banda y su primer guitarrista fueron amantes todos aquellos breves segundos sin que nadie lo supiera nunca; quizás ni ellos mismos".
Me ha parecido muy romántico.
Un abrazo
Hola Katy: sí, lo más atractivo siempre es lo que no se ve, lo que se intuye. Es la imaginación que por sí sola echa a volar, y como sucede que cada uno tenemos la nuestra y distinta a la de los demás, el resultado es que se pueda ver el mundo de muy diversas formas. Un abrazo.
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