jueves, 16 de febrero de 2012

Pequeños Relatos Eróticos : ( 13) El detective(1ª parte)

Álvaro y Andrea se conocieron en una fiesta; fue ella quien se le quedó mirando de manera un tanto insinuante. Y fue ella quien dio el primer paso de acercamiento. ¿Me pides una copa? Claro, cómo no. Estuvieron hablando, sonriendo, mirándose a los ojos, cada vez con mayor reticencia. Ella parecía llevar la voz cantante en la aproximación. Álvaro, aunque sorprendido, estaba encantado del comportamiento de la chica, cada vez más pegada a él. Aquella noche fue larga: desmedida charla, demasiado baile, excesiva bebida… También fue ella quien terminó por acostarle sobre la cama de su dormitorio. Fue una noche larga e intensa, que se repetiría a menudo. Al final optaron por casarse, a ambos les venía bien este convenio.

Andrea y Álvaro llevaban cuatro años de feliz matrimonio. Él acababa de llegar a los cuarenta años de edad. Andrea era una mujer amable, algo más joven que él, guapa, atractiva, trabajadora… y cariñosa; había sido cariñosa desde el principio. No tenían hijos porque ninguno de los dos los deseaba. Era el contravalor que habían de pagar por tomarse la vida con total despreocupación. Vivir al día y cada día, no sólo era la frase preferida de Álvaro sino también una forma de existencia. ¿Egoístas?; quizás. Era una opción y la habían abrazado sin fisuras. Pensaban que les proporcionaba más vivencias, más libertad, menos ataduras, en fin.

Siempre se lo habían contado todo. Parecía no haber secretos entre ellos. Pero el tiempo, las rutinas, a veces, sin pretenderlo, se prestan a pensar, a imaginar, aquello que no podemos tomar como algo tangible. Algo de esto debió pasarle a Álvaro.

Una mirada indiscreta o esquiva, un halago fuera de lugar, una sonrisa a medias, un comentario equivocado, una concesión a destiempo, un regreso a casa fuera de la hora acostumbrada, aquél: estuve tomando café con unas amigas. Y los celos, que son al amor lo que el agua al aceite: no mezclan bien. Todo ello hizo levantar sospechas a Álvaro sobre la fidelidad de Andrea hacia su matrimonio. La excusa se la vino a dar una película que ponían en televisión y sobre la cual Andrea comentó haberla visto juntos en el Coliseum. Álvaro estaba seguro de no haber visto la cinta. Sus temores si no tenían confirmación al menos se iban apoderando de él. Aquella noche discutieron banalmente. Álvaro, sin dejar de mirar a su esposa con fijeza mientras se acaloraban, tomó una decisión: solicitar los servicios de un detective privado. Alcázar, Roberto (concesión al comic de mi niñez), figuraba el primero en el listín telefónico.

(continuará)

4 comentarios:

  1. Andrea y Álvaro, conozco algunas parejas que en base a libertad no han querido hablar de hijos. Y lamentablemente los que conozco han acabado separados. ¿Casualidad?
    Este relato promete. Tiene gancho.
    Un abrazo y buen finde

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  2. Hola Katy: a ver, a ver si te gusta el final. Suele ocurrir lo que comentas. Un abrazo

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  3. se me había escapado este . voy al desenlace y comento.
    Un abrazo

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  4. hOLA fERNANDO: ¡YA ME PARECÍA A MÍ!. Un abrazo

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