La idea no es
hablar de fútbol, ese tema tan socorrido del que entendemos todos, aunque
pudiera parecerlo por la fotografía y este comienzo, sino de la filosofía del
alemán Friedrich Nitzsche. Ya saben el
fútbol era ese deporte que jugaban con los pies once contra once y siempre
ganaban los alemanes. Antes era eso.
¿Por qué el
talento se valora más que la fortaleza física? Se podrá argumentar que en los
momentos en que vivimos se da más valor al aspecto físico que a la inteligencia.
Que los valores han cambiado en detrimento del talento. No va por ahí mi
opinión. Me refiero a sólo un aspecto del físico: a su fortaleza natural.
Si el talento ha
sido donado por Dios o por la naturaleza a algunos hombres en particular, no es
menos cierto que la fuerza también tiene los mismos orígenes. ¿Por qué entonces
se premia más a los primeros?
Nitzsche nos
habla del “Superhombre”, como un rechazo directo al victimismo. La
argumentación del filósofo alemán es simple: hay que proteger a los fuertes
contra los débiles, ya que los estados han inventado una serie de normas,
privilegios o leyes para rescatar a los superfluos (es decir a una inmensa
mayaría) de los verdaderamente fuertes.
Los débiles, también
el propio estado, se protegen de los fuertes físicamente mediante leyes hechas
a la medida de aquellos. Han empleado su inteligencia (un don recibido) para
imponerse a los otros: a los que su don recibido no es más que la fortaleza.
De esta forma cuando
vemos que algunos abusan de su talento de manera descarada y se aprovechaban,
mediante su uso, de los menos dotado en este aspecto, teniendo como tapadera la
existencia de normas, reglamentos, leyes…, la filosofía no puede por menos que
sentir un rechazo.
No hay más
remedio: volvamos al fútbol. Pongamos dos jugadores claves en estos aspectos de
opinión: Messi (poseedor de enorme talento y cierto poder físico en su
velocidad) y Pepe (de enormes cualidades físicas no exentas, aunque en menor
medida, de cierto talento para este juego). A Messi la reglamentación le
permite desarrollar todo su arsenal de talento, mientras que a Pepe esas mismas
normas le impiden desplegar todo su potencial físico. ¿No es dar ventaja a
Messi? ¡Claro que es dar ventaja al jugador azulgrana! La naturaleza ha obrado
milagros en los dos individuos, pero en direcciones contrarias; por eso los
débiles crearon un reglamento para impedir que la fortaleza se alzara con el
poder. ¿Por qué, por qué (y otros mouchos por qués) el reglamento (las leyes) no
impide que el talentoso no pueda sacar a relucir todo su arsenal castigándole,
por ejemplo, con tarjeta al tercer o
cuarto regate en la misma jugada? O que
nadie pueda marcar más de dos goles en un mismo encuentro. Y que no se me diga
que aquí influye el azar. No, tres o cuatro goles no están al alcance de
cualquiera; sólo de los poseedores de talento. Los físicamente fuertes rara vez
los consiguen (yo diría que nunca). Luego la primera particularidad estudiada
da ventaja.
Esto no creo que
sea tema para debate, porque siempre habrá débiles que se escudarán en que las
normas son las normas (creadas por ellos, claro).
Muy complicado esto que dices aplicado al fútbol. Creo que en el fútbol solo el talento como la fuerza física no bastan. Hay un reglamento que cumplir. El talento y la fortaleza también se entrenan y el entrenador es el que sitúa a los jugadores en el campo y esto se llama estrategia. Cuando el talento, la fuera física y la estrategia se unen en un solo individuo, entonces se da el milagro. Y esto ocurre en muy contadas ocasiones.
ResponderEliminarY mira que no entiendo ni me gusta el fútbol. Soy de más de baloncesto. Ahí además se requiere estatura.
Rápidamente he reconocido a mi querido Puskás.
Buena semana Rafa
Talento o fortaleza. al final son complementarias. Lo realmente invencible es la suma de ellas. Un abrazo
ResponderEliminarHola Katy: pues para no entender lo has razonado bastante mejor que algún entrenador de primera. Me alegro que hayas reconocido a Puskas. ¡Sabes que él decía que le gustaba más jugar al fútbol que vivir! ¡Qué cosas! Creo que el talento y la fortaleza se pueden entrenar, pero hay que nacer con esas cualidades. Me gusta seguir contando contigo. Un abrazo
ResponderEliminarHola Fernando: la verdad es que yo no quería ir por ahí, aunque efectivamente sean complementarias. Yo quería tratarlos como dones recibidos el uno independiente del otro. En fin que esto del fútbol no debe ser lo mío. Un abrazo
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