Todos nos hemos preguntado en ocasiones por qué decimos determinadas frases que nos han sido trasmitidas de boca en boca a través del tiempo. Han ido pasando de padres a hijos sin que nos haya preocupado demasiado el porqué de las mismas. Las damos por hechas. Algunas de ellas son simpáticas, otras demuestran malestar o ironía. Las más son redondas, es decir que encierran una gran verdad aunque ignoremos por qué las expresamos.
Son numerosas y supongo que en cada entorno familiar o en cada localidad se conocen unas u otras. Imagino, no obstante, que lo que quieren expresar no diferirá mucho de un lugar a otro.
Traigo hoy tres, tratando de explicar el porqué se dicen y en que momentos. Esto no quiere decir que en otros lugares puedan significar o proceder de hechos distintos:
-“Muchos humos tienen esos”:
En el Imperio Romano los nobles, los patricios y la gente con poder bien fuera económico o político, adornaban sus casas con esculturas de busto redondo con las imágenes de sus antepasados. La mayoría de las veces estos retratos se exhibían sobre columnas. Las familias tenían mayor importancia cuanto de más antiguo les viniera su abolengo. El transcurso del tiempo, lógicamente, iba dejando su huella sobre las esculturas, envejeciéndolas. Como tramposos ha habido siempre, eran numerosas las familias que colocaban, durante un tiempo, los retratos junto a las chimeneas para que el humo acrecentase la sensación de antigüedad de las esculturas. De ahí la frase en cuestión, hay gente que se da muchos humos, mucha importancia en definitiva.
-“Vete a la porra”:
Quién no ha escuchado esta frase cientos de veces. Expresa eso…déjame en paz, vete a paseo… Pero de dónde procede. Así me lo contaron a mí:
Durante el siglo diecinueve los mozos, sobre todo los de los pueblos, llevaban una cachiporra a modo de arma personal, para defenderse de pequeños ladrones o en las trifulcas que se solían montar en las tabernas por un “quítame aquellas pajas” (otra frase hecha). Pues bien, los mozos, cuando deseaban cortejar a alguna muchacha del pueblo, grababan sus iniciales en la citada cachiporra y la introducían por el agujero de la gatera (véase el sentido sexual del hecho en sí). Si a la moza pretendida le gustaba aquel muchacho se quedaba con la porra, dando así su aprobación. En caso contrario la devolvía por el mismo lugar por donde había sido introducida, mandando al pretendiente a tomar viento fresco… a la porra, vamos.
-“Irse de picos pardos”:
Todos lo hemos dicho en alguna ocasión: “Hoy me voy de picos pardos”. Vamos que me voy de juerga con los amigotes hasta las tantas. ¡Hay tontos!
Durante la Edad Media existía, como no, la prostitución (el oficio más antiguo del mundo). No estaba prohibida, pero sí regulada. ¿Cómo? Muy fácil a aquellas mujeres que deseaban ser prostitutas o que simplemente se las pillaba en estos menesteres, la ley les obligaba a cortarse los bajos de la falda en forma de picos, para que así todo el mundo supiera de qué iba la cosa. Esto es irse de picos pardos, lo otro lo hemos hecho todos alguna vez.
Así al menos a mí me lo han contado. Otro día más.
Soy una apasionada de las frases y refranes. Tengo mogollón de libros. Y desde luego la sabiduría popula es genial. Las tres que has escogido son de uso común y frecuente.
ResponderEliminarUn abrazo y me voy antes que me mandes a la porra.
Ha sido divertido leerte. Por cierto un millon de gracias por todos tus amables comentarios en mi blog. "Es de bien nacidos el ser agradecidos"
Hola Katy:
ResponderEliminarSí, son muy conocidas, pero a veces te pones a pensarlo y parece increíble que se hayan ido transmitiendo a través de los años puesto que algunas son muy antiguas.
El agradecimiento es mutuo. Un abrazo y feliz fin de semana.
Hola Rafa:
ResponderEliminarQué bueno. deberías escribir un post al menos al mes hablándonos de estas frases porque además de formar parte de nuestra cultura están muy bien Así que te lanzo el reto aunque me mandes a la porra.
Un abrazo
Hola Fernando:
ResponderEliminarSe intentará. En los pueblos, y en el de mi esposa ni te cuento, hay auténtica sabiduría sobre estas cosas.
Estuve en el Bernabéu y aunque sufriendo disfruté, y es que como voy poco el gozo es mayor.
Un abrazo.