martes, 26 de mayo de 2009

Ego

Llevo mucho tiempo, años quizás, pensando lo mismo, y aún no sé si tengo la respuesta adecuada.
Compartimos la vida con familia, amigos, conocidos... Creo que, en la mayor parte de los casos, nuestra situación con respecto a estas personas es bastante pareja. Me explico. Vivimos bajo las mismas o similares situaciones. La misma cultura, más o menos la misma economía doméstica, los mismos medios, hemos tenido similares oportunidades, tenemos los mismos derechos, no somos ni machistas ni feministas. Todo es bastante similar en nuestras vidas, otra cosa es el uso que hacemos cada uno de nosotros de la que nos ha tocado. Distintas pueden ser las aficiones, distinto el trabajo que desarrollamos, etc. Pero porqué entonces tenemos opiniones tan diametralmente opuestas sobre las mismas cuestiones.
Quiero salirme del ámbito de la política, aunque la propia inercia del vivir cotidiano nos lleve a ella. Con los amigos, menos con la familia, discutimos mucho de política, al menos es la palabra que empleamos. Pero creo que no es esto lo que nos separa. Ya somos mayores en estos avatares, han pasado muchos años desde que se instauró el sistema actual, y todos, al menos los de mi entorno, asumimos sin ningún tipo de problemas las ideas políticas de cada uno, aunque no las compartamos. Hasta ahí todo es correcto. El problema surge, mi problema al menos, cuando se trata de expresar una cuestión: llámese aborto (de actualidad estos días), símbolos, eutanasia, inmigración..., lo que se quiera. ¿Cómo es posible que pensemos de forma tan radicalmente opuesta en hechos que debieran estar tan claros? ¿Qué influye de verdad?
A nadie nos gusta que nos lleven la contraria, como tampoco somos partidarios de dar la razón a quién opina de forma distinta a la nuestra. Y, claro, discutimos. Es difícil discutir, al menos a mí me resulta casi imposible, pero sólo por una cuestión: ¡no me dejan intervenir! Siempre hay alguien que grita más, tiene la voz más chillona, o la capacidad(que no es poca cosa) de expresar sus ideas a mayor velocidad que uno. Y, ¿por qué se discute tanto? Sólo hallo una explicación; por nuestro ego. No somos capaces de soportar que nos toquen nuestro ego, porque forma parte de nuestra esencia humana. Seguimos creyendo ser el centro del universo cada uno de nosotros. Esto explica la discusión y el porqué de la misma, pero no aclara, en absoluto, cómo tenemos unas opiniones tan diferentes en asuntos objetivos como ya he citado.

3 comentarios:

  1. Es posible que tengas razón Rafa. Pero también eso se va curando. Sólo hay que ver otras cosas, otras gentes otras situaciones. puede que no cambies de opinión, pero al menos tendrás un argumento para defender tus ideas. Y, la forma de ver las cosas, aún en personas muy parecidas puede ser diametralmente opuesta. Esa es la paradoja del ser humano. Nos creemos el centro del universo , pero lo necesitamos para reafirmarnos. Un poco raro.

    Un abrazo

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  2. estoy totalmente de acuerdo, y no es,por no discutir.
    abrazos

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  3. Otros levantan la voz de otras maneras para ser escuchados, tu lo haces aquí, en tu blog, lo bueno es que solo nos das tu opinión sin esperar que estemos o no de acuerdo.
    Beso.

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