martes, 12 de mayo de 2009

Comunicación

Hoy he asistido a un funeral. Un compañero de la empresa en donde trabajé había fallecido ayer. Me llamó una amiga para hacérmelo saber. Hacía más de quince años que no le había visto; desde el día que se jubiló. Puestos a pensar es como si hubiera fallecido hace esos quince años. Nunca tuvimos más relación que la de compañeros. Nunca fuimos amigos por lo que su fallecimiento no puedo decir que me haya afectado más allá de lo que se puede sentir por la perdida de cualquier persona. Sin embargo fui al funeral, aunque nada sintiera. Supongo que es "el qué dirán" o "el quedar bien"
Conocemos a mucha gente, pero no la tratamos; en el mejor de los casos de forma muy sesgada. Nos pasa con los vecinos de inmueble. Les apreciamos. Hasta hablamos de nuestras hijos cuando coincidimos en el ascensor. A algunos les tenemos por vecinos desde hace veinticinco o treinta años, pero al pulsar el botón del ascensor, siempre tenemos que preguntar el número del piso en el que habitan. Nuestro conocimiento es externo. Nos falta la comunicación. Es más creo que a todos nos convendría tocarnos más. Sí, tocarnos. Sé que en algunas culturas esto estaría hasta muy mal visto, pero yo creo con firmeza que nos falta el contacto físico con la gente. Nos abrazamos poco; nada diría. Sólo con los más cercanos.

2 comentarios:

  1. Que rázon tienes Rafa. Nos ponemos demasiadas barreras. Hay culturas en las que tocarse es muy habitual y una muestra de comunicación de lo más natural.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  2. Razón no te falta.
    UN MILLÓN DE ABRAZOS.

    ResponderEliminar