miércoles, 19 de octubre de 2011

El significado de las frases hechas (8)

Hacía tiempo, desde principios de verano, que no me acercaba a esta carpeta. Vamos con otras tres:

- Gilipollas

Quien no conoce el término madrileño castizo : ¡Oye, pollo!, dirigiéndose a un jovencito.

Pues bien, en tiempos del Duque de Osuna(1814-1882), hubo un alcalde en Madrid que se apellidaba Gil Imón; personaje de relieve puesto que tiene calle a su nombre en la capital del reino. El citado duque organizaba bailes para la alta sociedad de su tiempo, al que acudían las jovencitas de buena cuna. En aquellos años a estas jóvenes en edad de merecer se las conocía como “pollas” (para nada con el significado obsceno que hoy se le da al vocablo).

Don Gil Imón, padre tenía de dos hijas sin gracia y poco inteligentes. Este alcalde iba acompañado de sus dos pollas a los bailes sociales por ver si conseguían marido. Nadie se les acercaba. Con el transcurrir de unos pocos bailes el humor madrileño castizo unió el apellido del padre con la voz pollas , y de Gil + pollas, salió el conocido Gilipollas para expresar la idea de mentecato integral.

(P.D. me lo hizo saber mi buen amigo Ignacio)

- La casa de Tócame-Roque.

Hasta hace poco existían en Madrid casas de vecindad con servicios comunes y en las que habitaba varias familias(es posible que aún exista alguna). Los continuos alborotos que en ellas se daban fueron tema para muchos de los sainetes en aquellos años. La llamada Tócame-Roque, estaba situada en la calle de Barquillo. Don Ramón de la Cruz la inmortalizó en el sainete:”La Petra y la Juana, o el buen casero”. Las riñas y trifulcas de aquella casa eran la comidilla de Madrid, y cuando el propietario del inmueble notificó a los vecinos que iba a derribar el edificio pues no podía soportar las continuas algarabías, aquellos le amenazaron de muerte. La citada expresión pasó entonces a perpetuarse como lugar de gran confusión, desorden y alboroto.

- Más feo que Picio.

Picio fue un zapatero granadino que vivió a mediados del siglo XIX. Confeso de graves delitos se le condenó a muerte, pero a poco de ir al patíbulo se le conmutó la pena. Tal noticia hizo que por la impresión se le cayera en pocos días el pelo, las cejas y las pestañas, además de poblársele el rostro de enormes bultos. Horrorizado por su aspecto buscó refugio en la villa de Lanjarón, donde es fama que no acudía a la iglesia por no quitarse el pañuelo con el que ocultaba su fealdad. De este suceso brotó el dicho, al que los andaluces, tan dados a la exageración, suelen añadir:”…Al que le dieron la Unción con una caña para no asustar al cura”.

Y así lo cuento, pues así lo escuché.

6 comentarios:

  1. Me encanta esta serie. Es genial Rafa. No cocnocía la de Gilipollas, las otras si.
    Un abrazo

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  2. Hola Fernando: la verdad es que me lo paso en grande preguntando e indagando sobre estas frases. Me alegra que te gusten Un abrazo

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  3. Tres frases, tres clásicos en el vocabuliario cotidiano de los madrileños.
    jajaja me he reído porque utilizo a veces la primera con el consiguiente escándalo de mis nietos Eso no se dice:)
    Al contrario que Fernando no conocía el origen de las dos últimas y si de la primera.
    Genial como siempre.
    Un abrazo y buen finde

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  4. Que buenas, papi. Yo sólo conicía la de Picio. Una muy buena es "Eres más tonto que Abundio" Si no sabes de donde viene, preguntale a Fernando seguro que él te puede ayudar.
    Beso.

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  5. Hola Katy: es que tu estás muy integrada en todo lo que sea el Madrid castizo, se te nota. Me alegro que te gustn. Un abrazo

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  6. Hola Susi: ¿eso de preguntar a Fernando va con segundas?. je je. Intentaremos buscarlo. Un beso, ojito.

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