Cuando escribo en ocasiones me encuentro con la dificultad de no saber muy bien hacia adónde ir, dónde dirigir mis pasos. Por mucho que me exprima parece como si aquel limón que tantas veces me dio su jugo, estuviera ya seco. Entonces se me ocurre recurrir y volver a leer alguno de los cuentos de “Chuck Palahniuk”, escritor americano que tanto me entretuvo en momentos de ociosidad bien entendida.
Decía el señor Palahniuk que para escribir sólo hacían falta cinco factores (entiendo que sólo para escribir –bien o mal-): “El tiempo libre, la tecnología puesta hoy a nuestro alcance, el material, la educación y el hastío”.
Parece simple, sobre todo el primer factor. El tiempo es igual para todos, sólo depende de la necesidad que hagamos de él.
Las técnicas tecnológicas de hoy en día, ayudan. Resulta más sencillo escribir, más rápido, más limpio…Mejor, eso es otra cuestión.
El material al igual que el punto anterior ha cambiado, pero supongo que habrá excelentes escritores que sigan escribiendo con papel y lapicero.
Sobre el hastío no puedo estar más en desacuerdo, aunque quizás se refiera a que cuando uno está: cansado, furioso, deprimido…hastiado del mundo, pueden surgir mejor las historias. Un profesor de escritura creativa en alguna ocasión me sugirió que aprendiese a escribir con mala leche, si no nunca escribirás bien –me dijo-. Quizás Palahniuk era lo que quería insinuar con su hastío.
La educación creo que es fundamental, y no me refiero al hecho de saber poner las comas más o menos en su sitio, si no a aquello que hemos mamado desde niños, a nuestra relación con los demás, con nuestro entorno…en fin. Todo ello nos ha ido configurando, a lo largo de nuestros años, y así hemos llegado a ser lo que somos: no todo el mérito o desmérito es nuestro.
Pero hay más. Pienso que para escribir hay que experimentar. En este sentido aprender a escribir implicar aprender a mirarse a uno mismo y al mundo que te rodea, muy de cerca. En ocasiones la historia a contar se vuelve más importante que el acontecimiento real. Por eso caemos en el peligro de pasar demasiado deprisa por la vida, aguantando acontecimientos con el único propósito de crear una historia.
¿Pero será saludable la experimentación personal? No me veo cometiendo un crimen para escribir sobre lo criminal. Tampoco cometiendo un robo o una violación para poder escribir sobre ello. Claro que también pienso que cómo podemos crear historias excitantes, apasionantes, innovadores si sólo vivimos vidas anodinas. Por eso, quizás, todas las historias basadas en hechos reales tienen mayor nivel de aceptación.
Como no soy escritora no puedo estar en desacuerdo con alguien que escribe como tu. Pero si que añado que hay que tener una mirada especial y cierto talento. Escribir escribimos todos pero hacerlo con estilo es otra cosa.
ResponderEliminarMe has parecido un poco modesto:-)
Me ha parecido una buena reflexión la que haces y bien escrita.
Un abrazo
Hola Katy: no, yo no pienso que sea modestia, ya comentaba que la vida, tomando un poco de cada persona o de cadsa situación, todo ello sin pretenderlo, nos va conformando a cada uno de nosotros, y al final somos un poco todos. No hay nadie puro por así decirlo. También a mi me gusta tu reflexión. Un abrazo.
ResponderEliminarEscribir es liberarse, es imaginación, pero también mucho de cada uno. Todo hombre lleva un escritor dentro, Lo malo que a veces faltan palabras, que no es tu caso por cierto. Un abrazo
ResponderEliminarHola Fernando: Sí, claro, eso que llamas imaginación suele estar muy relacionado con la falta de palabras, je,je. Un abrazo.
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