No recuerdo con exactitud si fue por la coronación del rey o por promulgarse aquel día la constitución; el caso es que aquel año de 1975 la lotería nacional no se pudo celebrar el día veintidós de diciembre, como es de rigor, y por primera y única vez en la historia de este sorteo se adelantó al día veinte. Y en nuestra casa nos tocó el gordo de navidad.
Me quedé dormido aquella noche en el hospital, tal era la fe ciega que tenía en la madre. Eran las dos de la madrugada, toda una premonición, cuando nació nuestra hija. Vino al mundo con cuatro vueltas del cordón umbilical alrededor de su cuello; el médico nos dijo que de tanto darse vueltas en la placenta materna, otra premonición. Su primera casa fue la incubadora: una semana entera la tuvo alquilada. Al salir de ella la hicieron un test, para comprobar si su cabecita no había sufrido ningún percance con el ovillo del cordón en que venía envuelta. Creo que se llama: test de Raven, o algo similar, en versión recién nacidos. Afortunadamente fue de los pocos exámenes que aprobó con nota aquellos primeros años de su vida. Buena estudiante no podría decir que fuera, le podía más su mundo interior que la concentración que se necesita para aprender las lecciones; pero era curioso, lo que ella quería memorizar ya lo creo que lo hacía. Lo de la premonición que comentaba se relaciona por la intensidad de su vida de trabajo (algunas veces le dan las tantas de la noche), su ajetreo y su disposición hacia los demás. Siempre en movimiento, vamos.
La primera vez que la vi iba en una limusina (¿otra premonición?) para bebés. En el centro de la Seguridad Social, trasladaban a los recién nacidos en una cuna larga con ruedas; en ella iban hasta una docena, los llevaban a mamar con sus respectivas mamás. Todos, niñas y niños, llevaban en su muñeca una cinta amarilla con su nombre. Una de aquellas criaturas era mi niña, la que hoy cumple años y ya convertida en una mujer espléndida.
Podría recordar muchas cosas de su infancia, pero es, sin duda, el robo de camisas, ¡de mis camisas!, la que evoco como una de las que me hicieron más gracias. Las mangas le sobresalían no menos de una cuarta por encima de sus manos. En ocasiones el jersey también era de propiedad paterna, y vestida de esta guisa se iba, con su cuadrilla de amigas, que aún conserva, a “Regino” como ellas decían. Hasta salieron una vez en la prensa local: el artículo se titulaba “¡Vosotras, las de Regino!”
Desde pequeña le gustó ir al teatro (esta premonición se ha convertido en su vida; no tengo muy claro si en su medio de ganarse la vida, pero sí en su vida). Ganó un premio de poesía escolar… pero no quiero seguir desgranando su existencia, mejor que algún día la cuente ella.
Felicidades hija por tu cumple y gracias por ser como eres. Un abrazo, ojito.
Bello homenaje para Susana. Un abrazo
ResponderEliminarHola Fernando: no podía ser menos. Un abrazo
ResponderEliminarQué bonito, Rafa.
ResponderEliminarMe está gustando esto de enterarme de vuesta vida a través de tus pinceladas... al final a ti también se te da bien la pintura... ;-))
Zony
Soy como soy por la educación, los valores, el apoyo y todo el amor que me habeis dado. Espero no decepcionaros nunca y que podais sentiros orgullosos. Gracias mamá por tu eterno amor y tu fuerza que me inspira y me hace mirar siempre adelante. Gracias papá por tu bondad y sensibilidad dignos de ejemplo en los que me reflejo cada día. Sois maravillosos. Tengo una suerte infinita. Os quiero mucho.
ResponderEliminarHola Zony. está chula la abreviación. Pintar, lo que se dice pintar (salvo techos y paredes) nunca ha sido lo nuestro, claro que otra cosa son las pinceladas que uno va dejando por la vida. Hasta el viernes, un beso.
ResponderEliminarHola Susi. Ojalá correspondamos de igual forma y tampoco te decepcionemos nunca. Tampoco te quites méritos que algo habrás puesto de tu parte para ser como eres. Hasta el viernes, un beso,hija.
ResponderEliminarHola Rafa, llego tarde a la celebración y seguro que no me habréis guardado un trozo de tarta. Felicidades a los padres y a la hija. Ha sido un bonito regalo de Navidad
ResponderEliminarHay algo en común con mis hijas, las camisas de papá, el cordón enrollado, el conservar las amigas etc. La modas son las modas.
Un abrazo y que lo celebréis muchos años más.
Hola Katy: gracias por unirte a la fiesta, pero lo siento en esta familia somos muy golosos y la tarta se acabó por la mañana. Feliz Navidad. Un abrazo
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