lunes, 21 de septiembre de 2009

Abierto por obras

En realidad no ha sido así; he estado huido del todo durante casi dos meses. El título, en este reencuentro me lo ha dado la visita que hicimos con unos amigos a la ciudad de Vitoria. La catedral la están restaurando y se puede acceder a ver las obras; en la información que te brindan a la entrada del templo reza la leyenda que encabeza este post.
En este tiempo hemos tenido boda y funeral. La vida es así hasta en vacaciones.
Con amigos llegados de Galicia hemos visitado Segovia, La Granja y Vitoria. Visitas plácidas con gastronomía y visitas a museos, alcázares y acueductos. En la Granja tuve la ocasión de ver una de las esculturas que más me han impactado. "El rostro velado o la cara velada" (no recurdo bien), obra de un escultor italiano. Impresiona ver el fino rostro de una mujer a través de un velo. Lo había visto en pintura, pero esculpido en piedra es de un realismo tremendo. Recuerda el fino gitón que cubre el cuerpo de la "Victoria de Samotracia del Louvre"; la anatomía de la mujer, de sus piernas, de sus pechos vistos a través de la túnica. Aquél rostro me hizo recordar a la famosa escutura griega.
También nos ha dado tiempo para rodar un corto en el pueblo de mi esposa. Bajo la dirección de Cubelli. Creo que iba de terror: nos reímos mucho. A ver que nos depara el montaje.
Este ha sido el verano de los sudokus. No estoy interesado por ese pasatiempos. Preguntaba a los familiares y amigos que pasaban horas para hacerles o desesperarse, sobre la utilidad del jueguecito. Me decían que servía especialmente para abrir y desarrollar la mente; para que no se anquilose, vamos. Creo que para eso ya existe el mus, y el tute, y el subastao; y además compartes tertulia. Vamos que para mi el sudoku es como una masturbación; lo bueno es conocer gente como dice el chiste.
Este verano mi mujer me tiene abandonado; se ha ido a vivir con la Salander... la de la trilogía.
Para finalizar las vacaciones estuvimos en Mojacar: playas, sol y pescaditos. Visitamos algunas playas maravillosas en la reserva natural de Cabo de Gata; en concreto "La playa de los muertos" y la de "Agua Amarga". ¡Qué delicia, por Dios!¡Aún existen cosas así! Claro que cerca, muy cerca, está la playa del Algarrobico con ese macrohotel que hay que tirar. Creo que habría que derruir ese hotel y la mayoría de las construcciones de la zona.
Hemos vuelto al frío, unos quince grados de diferencia. En fin, volver a empezar

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